Baldosas de cemento y hormigón encerado, ¡cuando la tradición se une a la modernidad!

En los últimos 20 años, el cemento encerado se ha consolidado como un revestimiento esencial para decorar viviendas y espacios públicos.
Desde hace cuatro años, las baldosas de cemento han vuelto a estar de moda, con más de 100 años de historia adornando nuestros suelos y paredes.
Sus motivos geométricos o florales han vuelto de forma natural a nuestros interiores, en salones, baños y cocinas.

Es natural que estos dos primos, las baldosas de cemento y el hormigón encerado, combinen fácilmente en los diseños arquitectónicos.
Ambos se complementan.
Cuando se aplican de forma continua, la pureza y el minimalismo del hormigón encerado aligeran el aspecto recargado y geométrico de las baldosas de cemento.

En las fotos de esta casa de Ginebra, puedes apreciar la disposición de la moqueta de baldosas de cemento, que está en perfecta armonía con el color blanco pimienta del suelo de hormigón encerado Marius Aurenti.
Este diseño del estudio de arquitectura Just’in Home de Nancy Geernaert, en París, es un ejemplo del perfecto dominio del trabajo de preparación del subsuelo (calefacción por suelo radiante) y de la altura de los huecos, así como de la armonía de color entre las baldosas y el hormigón.
En detalle, hay que señalar que se había previsto un perfil de separación entre las baldosas y el hormigón encerado, pero no se colocó -por iniciativa del propietario, muy acertadamente- para preservar la continuidad del material mineral en el suelo.
Nuestro agradecimiento a los propietarios por su confianza y sus elecciones estéticas.